Lcdo. Jorge Palacios Alvear

 

Ecuador ha tenido una relación fluctuante con los Estados Unidos a lo largo de su historia, influenciada por factores como la ideología política de los gobiernos ecuatorianos, la economía, el comercio y la seguridad. Bajo el mandato de Rafael Correa (2007-2017), por ejemplo, Ecuador adoptó una postura más crítica hacia Estados Unidos, especialmente en términos de políticas económicas y de intervención en América Latina. Tras la salida de Correa y el ascenso de Lenín Moreno (2017-2021), la relación con Washington se moderó, con un enfoque pragmático y cooperativo, aunque también se dieron tensiones, especialmente en temas como el asilo de Julian Assange en la embajada ecuatoriana en Londres.

 

En términos de política externa, Ecuador, como muchos otros países de América Latina, se enfrenta a la necesidad de equilibrar su relación con Estados Unidos con la influencia de potencias como China y Rusia, y con el deseo de mantener su soberanía e independencia.

 

En su primer mandato (2017-2021), Donald Trump adoptó una postura más nacionalista y proteccionista hacia América Latina. Su gobierno priorizó políticas duras en cuanto a inmigración, relaciones comerciales y seguridad, con un enfoque en la lucha contra el narcotráfico y la inmigración ilegal desde América Latina hacia los Estados Unidos.

 

Uno de los aspectos más notorios de la política de Trump hacia América Latina fue su enfoque en la inmigración. En este contexto, Ecuador, como país de origen de muchos migrantes que atraviesan América Central en su camino hacia Estados Unidos, se vería afectado en términos de política migratoria. La administración Trump implementó medidas muy estrictas, como la separación de familias y la construcción de un muro fronterizo con México, lo que generó un clima de incertidumbre y temor entre los migrantes ecuatorianos. Es probable que Trump continúe con políticas migratorias severas, afectando a la diáspora ecuatoriana, que es una de las más grandes de América Latina en Estados Unidos.

 

Trump adoptó una política económica más proteccionista, renegociando acuerdos como el TLCAN (Tratado de Libre Comercio de América del Norte), que fue reemplazado por el T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá). Aunque Ecuador no es parte de este tratado, la tendencia proteccionista de Trump podría afectar las relaciones comerciales con Estados Unidos. En este sentido, los exportadores ecuatorianos, especialmente en sectores como el banano, el cacao y el petróleo, podrían enfrentarse a aranceles más altos o barreras comerciales.

Ecuador, al ser un país dependiente de las exportaciones, especialmente de productos primarios, podría ver perjudicadas sus relaciones comerciales si Trump decide adoptar una política aún más proteccionista o si se intensifican las tensiones con China, un socio comercial creciente para Ecuador. Además, la incertidumbre económica global podría tener efectos negativos en las remesas que muchos ecuatorianos envían desde Estados Unidos, lo cual es una fuente significativa de ingresos para miles de familias en el país.

Trump tuvo una postura confrontacional con China, especialmente en términos de comercio. Una vez en el poder podría continuar presionando a sus aliados y socios comerciales para limitar sus lazos con China, lo que podría poner a Ecuador en una posición incómoda. Ecuador ha profundizado sus relaciones con China, especialmente en términos de préstamos y proyectos de infraestructura, por lo que la presión estadounidense podría generar tensiones diplomáticas.

 

Ecuador ha tenido gobiernos de diversos signos políticos, desde el correísmo hasta los gobiernos más centristas y de derecha. Trump podría influir en la política interna ecuatoriana dependiendo de la postura que asuma el gobierno de turno hacia Washington. Un gobierno de izquierda, por ejemplo, podría ser más crítico de Trump, lo que podría tensar las relaciones bilaterales, mientras que un gobierno más conservador o de derecha podría intentar alinearse más estrechamente con los intereses de Estados Unidos.

 

La relación con Estados Unidos tiene un impacto directo en la imagen internacional de Ecuador. Durante el mandato de Trump, la diplomacia ecuatoriana se vio atrapada entre la necesidad de mantener relaciones estables con Estados Unidos y la presión interna de ciertos sectores que rechazaban la política de Trump, especialmente en cuestiones de derechos humanos y políticas migratorias.

 

Uno de los principales temas de preocupación para Ecuador en su relación con Estados Unidos es el narcotráfico. Ecuador ha sido señalado como un país de tránsito para las drogas producidas en Colombia y Perú. Bajo Trump, hubo un enfoque de «tolerancia cero» hacia el narcotráfico y una presión para que los países latinoamericanos cooperen más activamente en la lucha contra las drogas. Con Trump en el poder, es probable que Estados Unidos continúe presionando a Ecuador para tomar medidas más estrictas contra el narcotráfico y el crimen organizado, lo que podría implicar mayor cooperación en materia de seguridad, pero también podría generar conflictos internos relacionados con la soberanía y los derechos humanos.

 

En términos de cooperación diplomática, la reelección de Trump podría implicar un enfoque más pragmático y de «intereses mutuos» en lugar de uno basado en valores compartidos. Trump tiende a priorizar acuerdos concretos y tangibles, lo que podría traducirse en una mayor cooperación en áreas como la seguridad, el narcotráfico y el comercio, pero también en una menor consideración por los aspectos democráticos o de derechos humanos que tradicionalmente han formado parte de las relaciones internacionales.

 

Aunque durante su primer mandato Trump redujo las ayudas externas a varios países, incluyendo algunos en América Latina, la reelección del presidente podría significar un recorte aún mayor de la cooperación internacional, dependiendo de su enfoque hacia los programas de desarrollo y asistencia económica. Ecuador, como receptor de ayuda internacional, podría verse afectado negativamente si Trump decide continuar con su política de reducción de la asistencia externa.

 

El impacto de la reelección de Trump dependerá de cómo el gobierno ecuatoriano maneje estas tensiones y de cómo la política interna del país se adapte a un escenario de mayores presiones externas.

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