Luego de varias temporadas de ver un fútbol mezquino, en Barcelona Sporting Club quedó claramente demostrado que, en el balompié, la mejor defensa sigue siendo el ataque. Los canarios triunfaron por 8-1 sobre Cumbayá en la fecha 13 de la segunda etapa de la Liga Pro, en el estadio Monumental Banco Pichincha.
Los barcelonistas lograron mantener esta intensidad y precisión para registrar el primer resultado abultado en la historia de la Liga, que administra el torneo nacional desde el 2019.
Esta es la máxima goleada de los canarios en la historia del campeonato nacional: el 18 de marzo de 1990 había aplastado por 7-0 a Macará; y el 10 de septiembre de 2000, por 7-0 a Técnico Universitario.
Desarrollo del compromiso
Luego de 71 días —siete jornadas—, el portero argentino Javier Burrai volvió a ser titular. Su última presentación había sido en el choque en que los canarios fueron goleados (3-0) por Liga de Quito en la cancha del Rodrigo Paz, el 31 de agosto.
El 1 de octubre se conoció que el guardameta padecía una “inflamación del manguito rotador del hombre izquierdo más una lesión de la porción larga del bíceps braquial”, según el informe médico del club.
Sin su creador de juego, el argentino Braian Oyola, y sin su referencia en ataque, el uruguayo Octavio Rivero, el equipo amarillo logró plantar cara y dominar al rival con un juego ágil y decidido.
Apenas habían pasado tres minutos cuando Eduard Bello, volante venezolano, interceptó un pase en la salida rival y aceleró hacia el área. Con potencia en las piernas, soltó un disparo que obligó al arquero Alexi Lemos a desviarlo. Fue el primer aviso.
Pocos minutos después, a los 6, Janner Corozo se desmarcó por la banda derecha, envió un centro preciso y allí apareció Bello, quien con una acrobática estirada conectó el balón, superando al guardameta, y abrió el marcador para los suyos.
Bello parecía encendido: no solo anotó, sino que en cada acción destilaba agresividad y velocidad, un cambio de imagen desde el mando del técnico Ariel Holan. En otra jugada, ganó de cabeza en el área, aunque sin fortuna en el remate, y poco después se escabulló entre defensas para rematar cruzado; Lemos, atento, logró mantener el balón fuera.
A pesar de la superioridad amarilla en el césped, el marcador no se movía. Corozo, el juvenil Allen Obando y el brasileño Leonai Souza tuvieron claras oportunidades, pero la goleada se les escapaba por milímetros.
Finalmente, tras un potente disparo de Obando que se estrelló en el vertical izquierdo, la recompensa llegó. En el minuto 44, Byron Castillo lanzó un centro al área, y Obando, con precisión de delantero, cabeceó para marcar el 2-0 y sentenciar el partido.
Lo de este equipo, dirigido por Segundo Alejandro Castillo, fue un espectáculo. En el complemento, simplemente pasaron por encima de su rival, y el resultado lo dice todo: una goleada de esas que no se ven todos los días.
El talento individual se hizo presente de entrada con el golazo de Cristian Solano. La ejecución perfecta de su tiro libre, llena de efecto y potencia, dejó sin reacción al portero Lemos y abrió la cuenta con un 3-0 lapidario.
No hizo falta mucho más para que el equipo se desatara: el centro de Castillo a Corozo encontró la cabeza de Obando, que firmó su doblete y dejó claro que el triunfo era una cuestión de cuándo y no de si.
Aunque los rivales intentaron recortar con un gol de Juan Carlos Hormiga Paredes, los dirigidos por Castillo no se conformaron. Fue casi una celebración continua: Corozo burló a la defensa para anotar el quinto, Rivero se sumó con el sexto, y así se tejió un festín que dejó a la afición con un 7-1 inolvidable.
Al final, Rivero selló la goleada con un octavo tanto, en una actuación que seguramente quedará grabada como una de las más contundentes de la temporada.
En el remate final de la segunda etapa, Barcelona visitará a Técnico Universitario el 23 de noviembre; y el 1 de diciembre recibirá en el Monumental a Mushuc Runa.