Las diferentes modalidades de robos en la vía Guayaquil-Cuenca causan terror. Los afectados son viajeros que se movilizan con maletas, conductores de camiones de carga y ocupantes de vehículos particulares.
En gran parte, los asaltos están dirigidos a quienes viajan desde el aeropuerto y la terminal terrestre de Guayaquil hacia las provincias de Azuay y Cañar. Los grupos delictivos organizados roban en ocasiones sin que las víctimas se percaten y otras veces utilizan la violencia con el uso de armas de fuego, especialmente en horas de la noche.
Zonas rojas
Hay zonas identificadas en donde suceden con mayor frecuencia los robos. Lo llaman el “kilómetro 26” en la vía Durán-Boliche; allí es una zona roja.
Se trata de una carretera de dos carriles con amplios tramos sin iluminación, pero sí cuenta con varios radares automáticos de control de velocidad colocados en postes y los costados de la vía. Esto obliga a los conductores a reducir la velocidad y avanzar a menos de 90 kilómetros por hora, para evitar las multas.
El detalle es que, la reducción de velocidad es aprovechada por los asaltantes. Pero el riesgo continúa a lo largo de esta ruta. En el kilómetro 27, los delincuentes aprovechan que los ciudadanos detienen sus vehículos para comprar frutas, jugos o comida, siendo interceptados por delincuentes que los desvalijan y huyen con el uso de vehículos y motocicletas.
Karolina Cuji, comerciante ubicada en el calificado como “kilómetro 27”, explica que varios propietarios de negocios atienden únicamente de 07:00 hasta las 17:00, para disminuir la posibilidad de ser víctimas de la delincuencia. En las noches, los robos son cometidos en las afueras de los negocios que se mantienen en funcionamiento.
La comerciante Karolina, recomienda a los viajeros no detenerse a comprar en horas de la noche. “Es peligroso”, reflexiona.
La ciudadana señala que la respuesta de la Policía tarda, y en ocasiones no llega para ayudar a los afectados. Vuelve a recalcar que la delincuencia se incrementa en las noches.
Los ciudadanos que desde Guayaquil avanzan hacia Cuenca por Molleturo o Cañar, necesariamente deben pasar por el denominado “kilómetro 26”.
La Cuenca-Molleturo
La ruta Cuenca-Molleturo es la más utilizada porque se reduce el tiempo de viaje para ingresar al Azuay. Es así que, los ciudadanos deben avanzar hacia la vía Naranjal-Puerto Inca y pasar por el “kilómetro 33”, otro sitio seleccionado por los delincuentes para perpetrar asaltos. El “kilómetro 33” queda entre la parroquia Taura y el recinto El Mango.
Luis Zambrano, habitante de la zona, explica que en el “kilómetro 33” existe un radar de control de velocidad, lo que obliga a los conductores a reducir la velocidad. Es allí cuando los interceptan los delincuentes fuertemente armados.
Y es que, a poca distancia del “kilómetro 33” existe una guardarraya o vía de tierra que avanza entre plantaciones de banano y otra vegetación propia de la Costa y permite salir hacia diferentes sectores como Milagro, Cañar y ocultarse en numerosos recintos. También es un sitio estratégico para la delincuencia.
En el “kilómetro 33” se cometió un asalto, el mes anterior, contra dos busetas que transportaban a pasajeros que salieron desde el aeropuerto de Guayaquil con dirección a la ciudad de Cuenca.
Los delincuentes sometieron al conductor y lo llevaron hacia la guardarraya al menos unos dos kilómetros para desvalijarlos. Hubo 23 pasajeros perjudicados en el asalto, perdieron todas sus pertenencias.
Preocupación de transportistas por robos
José Abril, gerente de Aliaza Microbuses, en Cuenca, señala que los robos a las furgonetas de transporte de pasajeros se han incrementado.
La modalidad de los delincuentes es la misma: cruzar una camioneta para cerrar el paso, someter al conductor y le obligan a ingresar a una guardarraya y desvalijan a todos los pasajeros.
Los robos son en el mismo lugar y por la misma camioneta, señala.
Una de las medidas de seguridad utilizadas por los transportistas fue: salir en dos furgonetas a la misma hora desde la oficina de transporte de Guayaquil, para estar acompañados, pero no funcionó. Los dos vehículos resultaron asaltados en el trayecto.
Abril señala que, el referido “kilómetro 26” es de alto riesgo, es oscuro y no tiene luminarias.
Pero sí tiene 16 radares para multar el exceso de velocidad. Pide a las autoridades tomar cartas en el asunto que resguarde a los ciudadanos que viajan por esta ruta.
Explica que las denuncias quedan archivadas y no hay resultados.